Hola a tod@s
Quiero dedicar esta segunda entrada en el blog (y por tal motivo he esperado hasta ahora para hacerlo) a un día que es importante para mí. El próximo día 22 de Noviembre celebraremos, pues es un día para celebrar, la festividad de Santa Cecilia, Patrona de la Música y de los músicos.
La Música ha estado con nosotros desde siempre…
Ya en la prehistoria se tiene constancia de instrumentos musicales, hechos principalmente con huesos de animales y perforados a modo de flautas. Los más antiguos que se conocen datan de hace unos 43.000 años.
… y siempre ha sido importante para la Humanidad.
Ya en el Antiguo Egipto hay constancia de una “diosa de la Música”. Se trataba de la diosa Hut-Hor (Hathor en griego), hija del dios del Sol, Ra. Era la diosa del cielo, el amor, la alegría, la música y la danza. Sus objetos sagrados eran dos instrumentos de percusión que solían usarse juntos y simbolizaban la vida: el “menat”, un collar de cuentas de varias vueltas dotado de contrapeso que servía de mango; y el “sistro”, cuyo mango solía tener la imagen de la diosa y sonaba agitándolo de modo parecido a las actuales maracas. Estos instrumentos sólo se empleaban en fiestas y rituales sagrados.
En la Mitología de la Antigua China, el semidios Fuxi, Soberano Celestial del Este, y protector de la Humanidad, a quien se le atribuye la invención de la escritura, la pesca y la caza, enseñó a los hombres el secreto del fuego, y les regaló la Música para darles mayor felicidad. De un árbol parasol sagrado construyó un instrumento parecido a la cítara, llamado yaoqin, lleno de simbolismo: en un extremo tenía 4 pulgadas de ancho, que representaban las 4 estaciones; tenía 2 pulgadas de grosor, simbolizando las fuerzas duales del yin y el yang; en la parte superior colocó 12 trastes, uno por cada mes del año; y le puso 5 cuerdas que representaban a los Cinco Elementos.
En la Mitología Griega, Apolo, una de las principales divinidades del Olimpo, hijo de Zeus y Leto, era el dios de las artes, de la belleza, de la perfección, de la armonía, del equilibrio y de la razón. Era símbolo de inspiración profética y artística. Líder de las “musas” inspiradoras y director de su coro, actuando como dios patrón de la Música y la Poesía. Se le suele representar con una lira.
La Mitología Romana adoptó al dios griego Apolo como Febo, dios del Sol, de la Música y de las Artes, siendo uno de los dioses más adorados en la Antigua Roma. En la cultura Maya, estaba Kinich Ahau, dios del Sol y patrono de la Música y la Poesía. En la mitología nórdica, Bragi era el dios de la Música y la Poesía.
En la actualidad, tenemos el “Día Internacional de la Música”, establecido por la UNESCO en 1975, y que se celebra cada 01 de Octubre. Su creación fue idea de Lord Yehudi Menuhin para promover la Música entre todos los sectores de la sociedad y los ideales de paz y amistad entre los pueblos de la UNESCO, alentar el intercambio de experiencias y la apreciación mutua de sus valores estéticos.
También tenemos el “Día Mundial de la Música”, que se celebra cada 21 de Junio. Conmemoración iniciada en Francia en 1982 como “Fiesta de la Música” e instituida como celebración europea en 1985.
Pero volvamos al 22 de Noviembre, festividad de Santa Cecilia.
Hacia el año 480 aparecieron unas “Actas del martirio de Santa Cecilia” anónimas, escritas en latín, que relataban que fue una noble romana, convertida al cristianismo desde su infancia. Sus padres la entregaron en matrimonio a Valeriano, un joven noble pagano. La noche de bodas, Cecilia dijo a Valeriano que había entregado su virginidad a Dios y que un ángel velaba por ella, que si no la respetaba, el ángel se enfurecería y Valeriano sufriría las consecuencias, pero que si la respetaba, el ángel lo amaría como la amaba a ella. Valeriano le pidió que le mostrara al ángel y Cecilia le dijo que lo vería si se convertía al cristianismo. Valeriano fue al encuentro de Urbano I, papa, quien lo bautizó, y regresó adonde Cecilia ya convertido. El ángel se les apareció a los dos y los coronó como esposos con rosas y azucenas. Fue martirizada. Condenada a morir ahogada en el baño de su propia casa, pero como sobrevivió, la pusieron en un recipiente con agua hirviendo, pero también resultó ilesa. Finalmente se dio la orden de degollarla allí mismo. El ejecutor dejó caer su espada tres veces pero no pudo separar la cabeza del tronco, por lo que huyó dejando a Cecilia herida pero viva. Sobrevivió tres días más, en los que dio limosnas y dispuso que su casa fuera utilizada como templo. La fecha de su muerte se calcula que puede ser entre los años 180 y 230.
Este relato no se considera que tenga valor histórico, aunque los datos relacionados coincidentes sí permiten atribuirle, aunque sea de forma relativa, algún fundamento.
En la cultura cristiana, “Cecilia de Roma”, Santa Cecilia, es una de las santas más conocidas y veneradas. En 1594, el papa Gregorio XIII nombró a Santa Cecilia patrona de la música y de los músicos por su demostrada “atracción irresistible hacia los acordes melodiosos de los instrumentos”. Esta reputación pudo deberse a una mala traducción de las “Actas de Santa Cecilia” (copiado de wikipedia):
Venit díes in quo thálamus collacatus est, et, canéntibus [cantántibus] órganis, il•la [Cecilia virgo] in corde suo soli Domino decantábat [dicens]: Fiat Dómine cor meum et corpus meus inmaculatum et non confundar.
Vino el día en que el matrimonio se celebró, y, mientras sonaban los instrumentos musicales, ella (la virgen Cecilia) en su corazón a su único Señor cantaba [diciendo]: Haz, Señor, mi corazón y mi cuerpo inmaculados y no sea yo defraudada.
La palabra latina “órganis” es el plural de “órganum” (instrumento musical), y se tradujo como “órgano”. Entonces la frase “mientras sonaban los instrumentos musicales, ella le decía al Señor” se volvió “ella cantaba y se acompañaba con un órgano”.
Paradojas de la vida. Una de las Santas de la Iglesia Católica más veneradas puede serlo gracias a un relato, por una parte, “enriquecido” a posteriori y, por otra, motivado por un error.
Sin embargo, me gustaría hacer una pequeña reflexión personal sobre lo que significa para mí este día y esta celebración.
Personalmente, el relato me da un poco igual. Me es indiferente en el sentido de que, todos estos posibles “adornos” y/o errores históricos relacionados con Santa Cecilia no le quitan significado a esta fecha señalada. Celebramos el DÍA DE LA MÚSICA Y LOS MÚSICOS.
La MÚSICA es lo importante. (¡Tiene hasta dioses dedicados a ella!).
La Música genera tanta armonía, tantos sentimientos, tantísimas energías positivas, que todos los que nos dedicamos a ella y la amamos deberíamos centrarnos en destacar todo lo positivo que genera. Sobre todo, los que nos dedicamos a su enseñanza somos responsables de transmitir estos conocimientos de forma que el alumno se enriquezca, no sólo en conocimientos sino también a nivel personal, adquiriendo todos los valores positivos que a través de la Música se pueden transmitir.
Como Músico y como gran enamorada de la MÚSICA, y como profesora entregada, es lo que intento a diario. Tan sólo espero poder conseguirlo un poquito.
Gracias de nuevo por vuestra atención y esfuerzo en leer estas palabras.
FELIZ DÍA DE LA MÚSICA. FELIZ MÚSICA TODOS LOS DÍAS.
Marta Santiago